viernes, 12 de febrero de 2016

ALÉGORICO A LA LOCALIDAD















AQUÍ, EN LEHMANN



Estuve aquí una vez y respiré tu brisa
de pino y eucaliptos, malvón y madreselva
y me atrapó tu encanto de tenues aromales
y me quedé asombrado de ver tus casas viejas.

Sólo eras un puntito minúsculo en el mapa.
De ti sólo sabía que te llamabas Lehmann;
que fuiste ansiado puerto de algunos inmigrantes 
que recostaron sueños en esta dulce América.

Llegué sobre la tarde madura de palomas
con muchas ilusiones y mi bagaje a cuestas
a ver si me gustabas y me agradaste tanto
que me afinqué en tu predio quedándome una década.

Entonces yo tenía la juventud lozana, 
el alma esperanzada, la voluntad despierta
y puse mi entusiasmo sirviéndole a tu causa
brindándote mi ahinco con ardorosa brega.

A cambio tú me diste mi hogar y mi familia
y fue un hermoso trueque que el corazón recuerda.
Aquí tuve la dicha tan tierna de ser padre.
Aquí fundé un periódico y publiqué poemas.

Aquí escribí las páginas de mis primeros libros
y hallé un propicio clima para exponer ideas;
formé apretadas filas en tus instituciones
y fuimos concediéndonos como una mutua entrega.

Y me sentí un artífice cambiando los ligustros 
por bellos duraznillos de relucientes gemas
en tu paseo público, que al expirar agosto
se visten con capullos de primorosa esencia.

No puedo ser ingrato sin darte, Lehmann, gracias,
por logros tan notables que yo encontré en tu tierra.
Se olvidan los agravios, no cuentan sinsabores
si afloran los recuerdos de tantas cosas bellas.

Y ahora cuando vuelvo, después de haberme ido,
me encuentro con tus calles calmosas, polvorientas, 
las mismas calles de antes, con poco pavimento 
y el tiempo detenido sobre tu marcha lerda.

Encuentro pocos rostros de antigua gente amiga.
Hay niños en el parque. Los vientos se renuevan.
Los viejos fogoneros se fueron replegando
y hay otros empuñando timones de reserva.

No quedan más obreros turnándose en la fábrica.
Fabricio Campagnoli dejó sentida ausencia.
Cuando cerró su emporio la emigración en masa 
buscó nuevos destinos: Sunchales, Rafaela.

¡Qué solos se sintieron agunos moradores!
¡Qué solas tantas casas tan solas y desiertas!
Y tú te desengrabas de todas tus heridas
sin darte por vencido, no arriando tu bandera.

Emerges lentamente. Te cuesta reponerte,
porque la racha ingrata te hincó profundas huellas.
Y mientras tanto existes en el arcaico encanto
de tu perfume añejo y tus hábitos de siestas.

Porque brindarte quiero mi afán y mi recuerdo,
te aliento a que persistas ¡arriba, arriba Lehmann!
Sacude el viejo polvo, retempla tus senderos
de pino y eucaliptos, malvón y madreselva.

         
                                                                                                  Héctor Miguel Reinaudi




Libro "LEHMANN mi pueblo añorado"
de Hugo Rodolfo Birchner
Fundación Banco Bica
Colección "La región"
Santa Fe - Argentina - 1986


Libro impreso en: Noviembre de 1986
en Talleres Gráficos
BANCO BICA COOPERATIVA LIMITADA

Obispo Gilabert 2183 - Santo Tomé
Santa Fe - Argentina